Sé bienvenido, viajero, pues tus pasos te han llevado a Valsorth, tierra de maravilla y misterio, lugar donde la aventura aguarda detrás de cada colina de perfil amenazador, en lo profundo de un bosque tenebroso o en el interior de un templo erigido a un dios de nombre olvidado. Si eres valeroso, recompensas que jamás hubieses soñado serán tuyas, pero si tu coraje desfallece, tus huesos reposarán en una tumba sin nombre.

15 junio, 2010

02 En compañía de gigantes


Bueno el otro día hicimos la aventura que viene en este suplemento de NOSOLOROL, ya había dejado todo preparado para comenzarla, los PJ habían sido rescatados por gigantes del Clan Roca Solitaria, así que todo estaba encauzado. Si la vas a jugar como jugador, evidentemente no sigas leyendo... La cosa fue así:


Ya sin Lothar, la Oscura Compaña fue recogida de entre los restos de la caverna derrumbada por la partida de caza comandada por Krom. Habían ido tan al sur porque en sus propios territorios la caza escaseaba. De regreso a la caverna de la Roca Solitaria, Grom, hijo de Ong, trató y curó las heridas del grupo. Les dejaron una pequeña cámara donde recuperarse y descansar. Pasaron quince días mientras que el grupo se recuperaba. Los gigantes les trataron bien, les daban comida, eran respetuosos, pero fríos y distantes. Tenían sus propios problemas, y cuatro bocas más que alimentar con la escasez de alimentos, eran muchas bocas.

En los quince días anteriores el grupo había preguntado por el Valle de Elantria, pero los gigantes absortos con sus propios problemas y tampoco muy sociables, no habían dado respuestas. Además habían conocido la forma de vida de este particular pueblo, sus ritos religiosos y la historia propia del Clan de la Roca Solitaria.Cada vez nevaba más y los pasos de montaña estaban más impracticables, el invierno iba a ser muy duro.

Mientras Krom comandó otras partidas de caza, cada vez escaseaban más las piezas. Y las partidas iban más lejos en busca de comida. Tres días antes Bohd y otros dos cazadores, Gons y Kuns, habían desaparecido al acercarse a un valle del oeste, normalmente evitado por los gigantes, en busca de nueva caza. Krom había llegado de estar buscando a Bohd y su partida, pero no había hallado ningún rastro.

El grupo se preparó para su partida, tenían pensado partir a la siguiente mañana e hicieron acopio de provisiones sin demasiado éxito. Mientras preparaban todo, Ar escuchó unos sollozos de fuera de la cámara donde estaban alojados. Una giganta, un poco reticente al principio, lloraba desconsolada pues su marido, Bohd, un cazador había partido hace tres días en busca de nueva caza y no había regresado, Urt, hijo de Murt, Guía del Clan, había mandado a buscarle pero no habían encontrado nada, temeroso de algún ataque y dejar desprotegida la caverna, ya los daba por perdidos. El grupo sobre todo debido a la insistencia de Ar y Azariel, que se sentían en deuda con los gigantes, decidió partir en búsqueda del marido de la giganta, ellos no eran parte del Clan y no tenían porque quedarse a proteger las cavernas. La giganta quiso darles en agradecimiento unas cuantas y viejas monedas de plata, pero el grupo las rechazó. Cuando regresó Krom quisieron hablar con él, pues en cierta manera había sido con él que más contacto habían tenido. Así pues le explicaron que iban a partir en búsqueda de Bohd y su partida de caza, y que lo único que sabían es que habían partido a un cazar a un valle al oeste. Krom asintió y dijo que no iba a dejar que fueran solos. Krom fue a la sala principal del clan, mientras se preparaba la cena comunal, le explicó a Urt que los visitantes debían partir ya, que él los acompañaría un trecho del camino para orientarlos. Urt le dio su bendición a Krom, viejo amigo de su padre.

Mientras Orf, hijo de Ruum, llevó dos patas enormes de alce a la cámara de los compañeros para que comieran. El grupo le sonsacó que Bohd y su partida habían ido a cazar a un valle al oeste, que llega hasta las montañas Durestes, un valle que los gigantes consideran maldito, pero los gigantes son muy supersticiosos, en ese valle hay un complejo de cavernas que el pastor sabía, aun no se habían explorado para buscar al grupo de Bohd. Tras un rato charlando con él, el pastor les prometió que si traína a Bohd, su grupo o noticias de él, les encaminaría al Valle de Elantria, que él si sabía donde, más o menos, estaba, -“Ese valle sí que está maldito, allí no llega el invierno, y hace siglos habitaban “Orejas Puntiagudas”, hasta los orkos temen ese Valle, pero si es vuestro deseo, os guiaré hasta lo más cerca que pueda”-.

Así tras preparar Krom un buen cargamento de provisiones, al día siguiente parten hacia el oeste. Krom abría el camino seguido de Ar, después iba el resto del grupo (Azariel, Morkainen y Vezlot), iban bien protegidos contra los rigores del invierno. Dos palmos de nieve dificultaban su viaje. Mientras salían del valle en el que estaba situada Roca Solitaria vieron un grupo de cazadores comandados por Urt, y otro de pastores al cargo de Orf, partir hacia distintas localizaciones.

El grupo camino toda la mañana atravesando valles nevados, bosques oscuros y frías colinas. A medio día pararon para comer, carne de alce seca y salada, y unas tortas de cereales algo insípidas. Tras comer siguieron avanzando, un bosque de oscuros abetos se abrió ante ellos, terroríficos aullidos sonaron en la tarde, del bosque en formación de media luna aparecieron diez lobos blancos, con espuma en la boca y ojos chispeantes. Que los lobos de las nieves atacaran a un grupo tan numeroso y armado nunca era normal. El grupo se apresto para la acción. Azariel lanzo chisporreante magia arcana que alcanzo al lobo del extremo derecho y le dejó tirado en la nieve con el humeante pelo quemado. Vezlot comenzó a lanzar dagas, mientras que Hachainquieta, Morkainen y Krom pararon la carga de los lobos, todos los hirieron en mayor o menor medida, pero fue la bárbara la que destrozó a los lobos con su hacha, haciendo que los cuatro que quedaban vivos huyeran con el rabo entre las piernas.

El grupo continuó su camino, la tarde se fue oscureciendo y el cielo encapotando, la leve nevada dio paso a una tormenta en toda regla, la temperatura bajo muchísimo y el grupo comenzó a buscar un refugio. Extrañamente fue el elfo oscuro el que encontró el refugio más seguro. Se refugiaron bajo una roca inclinada a contraviento que les cubría de la lluvia y del helado viento. Ar improvisó una “puerta” con algunas pieles que había desollado de los lobos. Pasaron la tarde-noche con un pequeño fuego. Todos helados de frío, pero especialmente Ar y Morkainen, que apenas durmieron y acabaron agotados.

A media mañana del día siguiente llegaron a un alargado valle que se extendía hacia el norte hasta las Montañas Durestes. Azariel y Krom a pesar de los días trascurridos y la nevada vieron huellas de gigantes azules, tres parecía. Y Krom incluso vio otras huellas, más finas y pequeñas, que parecían ir junto a las de los gigantes. Todas se encaminaban hacia el norte, así que las siguieron.

Tras dos horas de dura marcha por el valle debido a la nevada de la tarde-noche anterior, llegaron a una encrespada ladera, las huellas terminaban en la entrada de una caverna. A unos treinta metros por encima, más o menos, divisaron lo que parecía otra entrada. Aunque Krom estaba casi seguro de poder trepar la ladera sin peligro, prefirieron no arriesgar y entraron por la entrada donde terminaban las huellas. La caverna no estaba completamente a oscuras pues algo de luz traspasaba placas de hielo, iluminando toda la caverna. A ambos lados había pilares de lo que parecía hielo. El suelo estaba congelado con dos dedos de hielo, pero habían arrojado gravilla para que no resbalara. Azariel lanzó un conjuro para que el escudo de Morkainen alumbrara y les iluminará el camino. Vezlot entró el primero, él no necesitaba luz, veía perfectamente en la oscuridad. Regresó segundos después, el pasillo acababa en uno transversal, pero justo en la intersección había encadenado un gigantesco yeti o un gorila de las nieves de aspecto terrorífico. Morkainen y Krom fueron los primeros, el sargento cargo para llevarse toda la atención e intentar proteger con su gran escudo torre. No tuvo que proteger demasiado, Krom cargo metió hombro y dio un poderoso hachazo que partió desde la clavícula hasta casi el ombligo al yeti. Al que sólo le había dado tiempo a rugir atronadoramente y golpearse el pecho, segundos antes de ser tajado. Lo que pareció suficiente para dar la alarma en una habitación del pasillo que se perdía en dirección oeste. Morkainen y Vezlot se pusieron los primeros atacando a un nutrido grupo de orkos que cargaban y amartillaban sus ballestas. Azariel rauda, no tardo apenes, en dormir a más de la mitad del grupo. Otro orko cayó ante otro demoledor golpe de Krom. Un orko de aspecto rápido y ágil, trató de pasar entre los compañeros, con agilidad felina esquivo a Morkainen y Vezlot, paso rápido sin dejar actuar a Krom, y tras pasar a la elfa, cuando ya creía haber dejado atrás al grupo se encontró con Ar, que tenía aprestada su hacha y vigilaba la retaguardia. El cuerpo del orko dio dos pasos más y cayó, su cabeza sonó *clock, clock* cuando golpeo el frío suelo...Tras registrar la sala de guardia, se adentraron más en las heladas cavernas. Pronto llegaron a una especie de sala circular, donde la luz venía del lejano techo. Un pequeño lago de agua helada ocupaba la sala, ya se iban a dar la vuelta y buscar por otro sitio, cuando Vezlot observó como a su espalda, del techo del pasillo, goteaba agua formando una placa de hielo tras el grupo, de repente el hielo creció hasta el tamaño de un humano, de hecho con forma humanoide, era un elemental de hielo, en la sala circular, de la laguna salieron otros dos elementales. Uno intento abrazar a Vezlot y absorber su calor corporal, pero el elfo oscuro estuvo rápido y se quito, el otro con sus garras de hielo intento destripar a Morkainen, pero le paró con su escudo. Mientras, atrás, Azariel y Ar hacían frente con conjuros y hacha al tercer elemental. De uno de ellos brotó un frío extremo, que afecto más que a nadie a Krom, debido a su armadura, las placas metálicas comenzaron a congelarse, haciendo doloroso (incluso para el resistente al frío, gigante) el contacto con ella. Aun así, tras no más de un minuto, el grupo mató a los tres elementales. Aunque vieron restos de cadáveres y equipo en el poco profundo lago helado, por miedo a más elementales, no se atrevieron a registrar.

Tras unos minutos llegaron a una sala circular con unas amplias escaleras que ascendían por más de treinta metros. Subieron pegados a la pared y con mucho cuidado. Tras examinar un poco este segundo nivel llegaron a un puente de hielo que atravesaba una sala circular, el puente se dividía en dos, con una salida al norte y otra al oeste. Vezlot con su sentido de la orientación en grutas, intuyó que justo estaban encima de la sala de los elementales.

En medio del puente se encontraba Bohd, como congelado, con la vista perdida. Krom avanzó para hablar con su amigo. De repente los ojos de Bohd chisporrotearon con odio, y dio un gran martillazo a Krom, éste estuvo a punto de caer del puente, pero se rehízo. Con fuerza agarro a Bohd, que aunque fuerte, no se podía comparar a Krom. Desde el extremo oriental del puente, Azariel lanzó un conjuro, había detectado que Bohd estaba hechizado, así que intento contra-conjurar. Aunque le costó más de lo previsto los consiguió y Bohd se calmó en brazos de la fuerte presa de Krom, que no había podido romper en ningún momento. Todos juntos avanzaron a una sala al norte, que tenía otras escaleras que seguían subiendo, allí hablaron con Bohd. Éste, no recordaba nada, llegó al valle maldito con sus dos compañeros, y de allí era su último recuerdo, lo siguiente que recordaba era estar peleando con Krom. El grupo le indico como salir de las heladas cavernas, le instó a que volviera con el Clan y que explicará lo poco que sabía, ellos se iban a quedar a buscar a los otros dos gigantes y averiguar qué pasaba. Bohd partió y el grupo siguió explorando ese nivel. Encontraron un almacén con un montón de piezas de caza medio congeladas. Ahora comenzaban a entender la falta de caza en el último mes. También encontraron la entrada que estaba treinta metros por encima de por la que entraron. Asomados, no tardaron en ver salir por la de abajo a Bohd, le silbaron y llamaron y le tiraron varios trozos de carne, para que contara eso también en el poblado.

Tras esto se decidieron a subir al tercer nivel. Una vez allí se encaminaron por el pasillo del este. Llegaron a una sala alargada en la que estaban los dos gigantes extraviados que quedaban. Alertados por el estado en que habían encontrado antes a Bohd, comenzaron a avanzar con cautela. Azariel preparo sus conjuros. Los gigantes les vieron y rugieron, Krom, Vezlot, Morkainen y Ar empezaron a correr hacia ellos, decidieron entretenerles hasta que Azariel anulara los encantamientos, y si acaso tratar de dejarles inconscientes a golpes. Vezlot, el más rápido, pisó una baldosa y sonó un *click*. De repente de las paredes comenzaron a salir pilares de piedra que golpeaban aplastando, contra la pared contraria. Los cuatro compañeros dentro de la sala esquivaron la primera andanada. Gons también y golpeó con fuerza a Krom, haciéndole una buena herida. Azariel cambió de táctica y desde el extremo de la sala durmió a Kuns, con tan mala suerte que los pilares le golpearon varias veces aplastándole contra la pared. Vezlot terminó de cruzar la sala y busco algún mecanismo que parará los pilares, comenzó a toquitear bajo una baldosa. Morkainen también pasó, y trató de ayudar al elfo oscuro. Mientras Ar y Krom esquivaban y trataban de dejar inconsciente a Gons. Krom se despistó al esquivar un pilar agachándose, y quedó a merced del otro gigante, éste levantó el martillo de piedra dispuesto a aplastar a Krom, pero un pilar de piedra surgió de la pared del sur y golpeó la cabeza de Gons aplastándola contra la pared del norte. Ar y Krom tuvieron que esquivar más pilares hasta llegar al extremo oriental de la sala, Vezlot no había conseguido detener el mecanismo. Krom y Ar no fueron tan sutiles y comenzaron a golpear debajo de la baldosa, donde estaba el mecanismo, con sus respectivas hachas, primero los pilares comenzaron a ir más deprisa, y a sonar atronadoramente, pero tras otra ración de golpes, se pararon. Azariel cruzó la sala. Ya todos juntos, encontraron una sala con una palanca y dos catres gigantescos (de Gons y Kuns). Activaron la palanca y sonó a cadenas y arrastrar de roca. Regresaron por sus pasos y encontraron una sala con una enorme puerta de piedra cerrada, así que regresaron a la sala de la palanca y la volvieron a mover, esta vez sí, se encontraron la puerta abierta.

Dentro, más que avisado y prevenido, les esperaba Zarashin un mago elfo oscuro, culpable de toda la situación de la zona. Llegado del Bosque de la Araña, el elfo se instaló hace dos meses en las heladas cavernas, en lo profundo del valle, donde comenzó a realizar sus experimentos, primero con orkos a los que esclavizó. Para alimentarse cazaron a todo animal que encontraron y pusieron en fuga al resto. Cuando tres gigantes azules acudieron en busca de caza, el propio Zarashin vio una oportunidad de conseguir mejores soldados y usando sus poderes sometió a los gigantes.

En los aposentos de Zarashin, una amplia cámara, iluminada por la azulada azul que se filtraba entre las placas de hielo y adornada con pilares y arcos, se encontraron cara a cara con el tuerto elfo oscuro, Zarashin, -“Bienvenidos intrusos”- saludó con un voz sobrada y cargada de desdén, -“Si hay algo que no soporto son las visitas inesperadas, y menos aquellas que osan matar a mis juguetes”- Krom estaba enfurecido, habían muerto dos gigantes de su clan, por los malditos juegos mentales del elfo oscuro, así que se dispuso a atacar. Pero Morkainen se le adelantó y cargo contra Zarashin, le golpeó, pero Zarashin había tenido tiempo de sobra, la imagen desapareció con el tajo del sargento, y Zarashin apareció tras un tapiz riendo. Ar cargó también pero cuando llego a la altura de Zarashin, sin saber a ciencia cierta si era el verdadero, se dio cuenta de que era más rápido y ágil de lo que pensaba. Mientras Azariel lanzó un conjuro para detectar auras mágicas, y confirmo al grupo que la figura que estaba frente a Ar era real. Pero el elfo oscuro reaccionó. Nada más atravesar la puerta había comenzado su sutil dominación con Krom, ahora le señaló, señaló luego a Vezlot y dijó –“Matalo”-. Vezlot que no esperaba el ataque casi muere cortado en dos por el hacha de Krom. Morkainen volviendo a cruzar la cámara a la carrear intentó derribar a Zarashin, pero este se apartó y puso la zancadilla al sargento, que cayó al suelo con estrepito. Ar intentó golpear al elfo, y lo consiguió pero vio como la mayor parte del fuerte golpe se perdía con chisporroteante energía mágica. Zarashin la señalo murmuro algo en siss y Ar quedó paralizada por unos cuantos segundos. Azariel lanzó proyectiles de energía mágica contra el mago oscuro, pero paso como con el hacha de la bárbara, casi toda la fuerza la paro el campo mágico de Zarashin. Así que la maga elfa comenzó a preparar un hechizo que sacará a Krom del control del elfo oscuro. Vezlot atravesó toda la cámara y trato de fintar acrobáticamente al elfo de níveos cabellos. No lo logró, aun así impacto levemente con su cimitarra. Los dos elfos oscuros se enfrentaron y Vezlot esquivó agachándose un tajo de la también cimitarra de Zarashin.
Mientras Krom con una mezcla de coraje, fuerza de voluntad y la ayuda mágica de Azariel gritó con toda la fuerza de sus pulmones y salió del control mental del elfo oscuro, cargo con todas sus energías pero Zarashin era rápido y estaba preparado, golpeaba o lanzaba un conjuro y se movía con velocidad cegadora para no dejar un blanco fácil. Con una sutil finta, el mago elfo oscuro escapó hacía la puerta. Pero Morkainen reaccionó y esprintó hasta colocarse en medio del pasillo de salida, tratando de no dejarle escapar. Zarashin le señalo y una esfera de oscuridad mágica cubrió el estrecho pasillo, Zarashin se introdujo en él. Krom entro a ciegas en el pasillo y lo cruzó, rozó con gente... no sabía si Morkainen o Zarashin, Vezlot hizo lo mismo. Así pues Krom y Vezlot esperaron al otro lado del pasillo. Azarier invocó luz mágica y enfocó al pasillo. Entre dos pilares, pegado todo lo más que podía a la pared, Zarashin siseó. El elfo oscuro y Morkainen entrechocaron espadas. Ar Hachainquieta, que había estado paralizada hasta el momento, salió de la parálisis, grito en nombre del Dios de la Montaña, entró en furia berserker y cargó contra Zarashin, dándole tal tajo en los riñones que el elfo, caído en el suelo, pidió clemencia. La bárbara le puso el filo del hacha en el cuello y le instó a levantarse. Pero Vezlot, y un enfurecido Krom, por la muerte de dos congéneres, no fueron tan clementes, ambos golpearon a Zarashin hasta matarlo.


Vezlot se quedó con la larga espada curva, que Azariel llamó Espada Luna, tras examinarla mágicamente. Los demás compañeros se repartieron el tesoro que el elfo oscuro guardaba en sus estancias. Tras eso partieron a las cavernas del Clan. Allí explicaron todo lo sucedido. Una partida de gigantes y los compañeros, regresaron a las cavernas de Zarashin, para coger toda la comida que pudieron, así como rescatar los cadáveres de Gons y Kuns.

Enterraron a los dos gigantes al píe de la montaña, para que sus cuerpos pasaran a formar parte de ella. Se celebraron los ritos funerarios, con una mezcla de profunda tristeza y regocijo, pues, si bien, ya habían dado por perdidos a tres gigantes, al menos uno regresó, y sabían el porqué de la escasez de caza, y ese problema parecía solucionado... En cualquier caso, Urt, hijo de Murt, parecía preocupado, pues esperaba que el Clan del Martillo actuara, ante la evidente debilidad de su clan. Pero eso es otra historia...

Un noble saludo.-

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